Un halo blanco
baña Madrid.
¿Estaré soñando?
Cual niño de hoy en día
busco congelar el tiempo
pero el tiempo
me congela a mí.
No hay mejor sueño
que el inesperado.
Que se lo pregunten a mi hermano
en este preciso instante
¿verdad, Marilyn?
Y al deslizar mi mano
sobre el techo
del último Volkswagen
aparcado a la vuelta
de la avenida Shackleton,
en la Renfe,
en el andén de enfrente,
hoy el amor
se escribe en blanco.
Después
Seis horas et labora,
y para ello
velero Deezer
y Dean Martin punto de partida.
Gracias a Dios,
la arena
no deja de caer
y lo negro
torna sonrosado
y finalmente...
libre.
Ahora
sólo quiero
ser muñeco de nieve.
El final de esta historia
que lo cuenten
mi móvil
y mis zapatillas heredadas
de punta mojada.
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1 comentario:
Tienes toda la razón. Hay días en que todo cambia y es para bien, en positivo. Igual que un día te levantas, abres la ventana y la calle se ha cubierto de un manto blanco que llevas años sin ver. Saluda a tus zapatillas, creo que aún recuerdan mi armario.
Un abrazo, hermano.
Tu hermano. A.k.a James.
Marilyn también te saluda.
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