jueves, 8 de enero de 2009

Me sucedió escribiendo

Ayer
después de la jornada laboral y
compartir un buen rato con un buen amigo
me apeteció escribir.

Al llegar a casa me puse a ello.

Entre la televisión,
algún comentario con mi madre,
y el messenger
comencé a pensar
acerca de qué quería desarrollar,
de qué quería compartir.

Finalmente me puse a ello.

Me abstraje
cada vez más
y más
y queriendo tocar un tema
salió otro relacionado,
también parte de mí
ubicado en los estratos del petróleo
donde la vida
da paso a la muerte
y de ahí
al oro negro.

Finalmente dije
lo que quería decir en ese preciso instante
o quizás
lo que
una vez tocadas ciertas fibras
necesitaba decir.

¿Compartirlo?
Sinceramente,
no me apeteció.

Hay cosas
que siempre quedarán
para uno mismo y
como mucho
para las personas implicadas.

1 comentario:

ada dijo...

Sí...a base de tortas he aprendido que hay ciertas cosas que es mejor no compartirlas...a veces incluso ni con las personas implicadas...

Fer...corazón...cada vez escribes mejor...me encanta leerte...a ver para cuándo ese descafeinado :)

Yo te escribo desde mi despertar...y no sabes lo bien que me sienta despertar...veo el sol más brillante que nunca...:)

Bxuss