jueves, 8 de enero de 2009

Los plátanos de sombra de mi barrio

La jornada espera ahí fuera.

Para partir y para regresar
mi pequeño parque,
mis pequeños compañeros de camino.

Plantados, pacientes, hermosos.

A veces
no me doy ni cuenta,
ya casi es automático.

Me gusta tanto saludarles,
contactar con ellos,
que sepan que estoy cerca,
que paso a su lado,
levanto la mano
y acaricio
uno
dos
tres
y cinco.

Y me siento mejor
porque están ahí,
porque están bien,
por comunicarnos.

Una maravilla...

Un día,
si os apetece,
os los presento.

3 comentarios:

Javier Das dijo...

La polla,
simplemente la polla..

y lo has cerrado de puta madre...

sí, señor, pedazo de poema..

este lo subo a mi blog...

POETAZO!

Gsús Bonilla dijo...

hermano de das

bienvenio¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Fernando dijo...

Muchas gracias, Javi. No merezco tanto halago. Gracias por llamarme poeta pero sinceramente creo que todavía no soy nada en ese sentido. Lo que pasa es que tú me quieres muy bien y eso me gusta mucho más que poder llegar a escribir algún día algo que merezca la pena a alguiem más que a mi y a la gente que me aprecia de verdad.

Gsus, gracias por darme la bienvenida. Es un placer integrarme poco a poco en estos lares y por lo que Javi me ha dicho de tí y estoy seguro de por lo que poco a poco conoceré, un honor.