Mi deseo para 2009

Es parte de la rutina.
Un atentado aquí,
un bombardeo allá,
violencia de género,
pateras,
tercer y cuarto mundo,
narcotráfico,
armas,
interminables puntos suspensivos y puntualizaciones.

Y frente a eso,
comidas copiosas,
regalos,
vacaciones,
en fin...
consumismo variado.

Esto no es demagogia,
es realidad.

No queda bonito hablar de ello,
es vergonzoso.

Me encantaría
que fuesen imaginaciones mías,
pero nanai.

A tiro de piedra
tenemos las 12 campanadas
que marcarán
un nuevo año.
¿De verdad será nuevo?

Lo que le pido al 2009
es salud.

Salud para poder ver
un cambio a nivel personal,
a nivel individual.

Una red de personas
que día tras día se empeñen
en darse con conciencia, honradez y comprensión.
En resumen, con AMOR.

No podemos arreglar el mundo.
Ni tú,
ni tú,
ni tampoco tú,
mucho menos yo,
pero sí todos.

Me gustaría ver un mundo
en el que por un día
todos pudieramos
irnos a la cama
convencidos de haber hecho las cosas
lo mejor posible.

Ese es mi deseo este año.
Espero que el próximo
no tenga nada que ver.