Entrelaza palabras,
sueños,
ilusiones y desgracias.
Te pierdes,
te encuentra.
No hay escapatoria.
Corta en rotundo
lo que no tiene filo,
ni marca,
ni límites.
Un horizonte lleno
de espaldas sin caricias,
de hogar sin techo,
de caras sin nombre.
Y en realidad es nuestra,
contiene la semilla,
el abrazo del sexo,
nuestra historia grabada.
Y en realidad...
es tuya.
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