domingo, 26 de octubre de 2008

Un fin de semana inusual y una pizca de amistad de las de verdad

Trabajo.
Así se ha llamado mi fin de semana en lineas generales.
Claro que hubiera preferido algo diferente.
Descansar, ir a ver una buena película, poder levantarme a la hora que me apeteciera...
Pero el caso es que después de todo lo he disfrutado mucho.

He trabajado, sí.
He cumplido con la agenda que me había planeado.
Pero por otra parte no he tenido ningún tipo de carencia.

He estado con mi familia,
me he levantado cuando me ha apetecido,
he disfrutado de largos paseos,
de maravillosas conversaciones (a veces profundas, otras veces absurdas y llenas de risas),
me he tomado mis cervezas,
incluso un mini de calimocho (vino con cocacola) con un chorrito de licor de mora,
esto último en un local de Madrid que frecuentaba hace no se cuantos años... "El Garito",
y por supuesto, he leído.

A veces toca pringar,
hacer cosas que uno preferiría no tener que hacer,
no hay más remedio y creo que es necesario disfrutar también con ello.
Ya que hay que hacerlo, hacerlo con ganas de hacerlo bien.
Es genial sentir que se ha hecho el trabajo bien, que se ha cumplido con uno mismo.
Y creo que si uno se programa, hay tiempo para todo.

Doy las gracias a todos los que me han ayudado a disfrutar de este laborioso fin de semana.

Un besazo a todos

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